La importancia de entender el primer principio de la Innovación Sistemática.

Cuando queremos usar la Innovación Sistemática el principio fundamental con el que deberíamos empezar es el de la Idealidad.

¿Y qué es la Idealidad?

Se define Idealidad como la formulación de la relación entre los Beneficios que se producen por parte de un sistema y los Costes necesarios para producir esos Beneficios a los que hay que añadir los Daños o Perjuicios que se producen al producir esos Beneficios. En este contexto un sistema puede ser un producto, un servicio, un proceso, un modelo de negocio,…; es decir, aquello sobre lo que queremos innovar. Lo podemos exponer con la siguiente fórmula:

idealidad

Con esta fórmula de una extraordinaria sencillez pero de un considerable potencial podemos iniciar el proceso de innovación de cualquier sistema que deseemos.

¿Qué es lo que nos plantea esta fórmula?

La fórmula nos plantea que cualquier innovación debe incrementar la Idealidad de un sistema. Y para ello podemos actuar de tres formas: 1) aumentando los Beneficios, 2) disminuyendo los Costes o 3) disminuyendo los Daños. Dónde también se incluye la combinación de estas tres formas.

Si consideramos esta relación desde la perspectiva del sistema podemos visualizarla de la siguiente forma:

IDEALIDAD - SISTEMA - TRIZ

Bajo esta perspectiva hemos de considerar que los Costes son las entradas del sistema, es decir, que todo lo que necesitamos para que el sistema genere los Beneficios esperados tiene un coste. Mientras que como salidas del sistema tenemos dos: 1) los Beneficios, que son las salidas útiles del sistema y 2) los Daños, que son el resto de salidas que no son útiles.

Es importante indicar que bajo la consideración de “Daños” deberíamos considerar también todas aquellas salidas que no aportan nada pero que se producen. Por ejemplo en una bombilla incandescente una de las salidas es que “se genera calor”, que si bien no es estrictamente un “daño” sí que es un efecto que podemos considerar que en principio no es un beneficio ya que no aporta valor. Curiosamente con “se genera calor” es un efecto que dependiendo de la estación del año podríamos considerar que puede ser un beneficio o un perjuicio; en invierno el hecho de tener una bombilla que genere calor puede aumentar la sensación de confort en aquellos que están al lado, en cambio en verano tener una bombilla que genere calor produce la sensación contraria.

Vemos pues que el concepto de Idealidad lo que supone es que debemos de plantearnos cómo podemos reducir las entradas del sistema, cómo podemos aumentar las salidas útiles del sistema o cómo reducir las salidas “no útiles” del sistema. Actuando en cualquiera de ellas aumentamos la Idealidad con lo que estaremos innovando.

Habitualmente las líneas de actuación en innovación es en primera instancia aumentar los Beneficios, en segundo lugar se actúa para disminuir los Costes y en último lugar se incide en los Daños. Pero esto a menudo se debe porque no se ha descrito el Sistema en su completitud. Por eso yo recomiendo que cuando se quiere innovar se procure describir todas las entradas y salidas de un sistema para a continuación cuestionarse cada una de ellas.

¿Existen otras formulaciones para innovar?

La formulación de la Idealidad tiene una cierta similitud con la formulación del Valor que se realiza en la metodología denominada “Análisis del Valor” que también se ha utilizado, y con éxito, para innovar. En su caso se define Valor como relación entre la contribución de las Funciones de un Sistema a la satisfacción de las Necesidades de los clientes y los Costes necesarios para obtener esas Funciones.

Lo que se visualiza en la fórmula:

valor

En este caso incrementar el valor de un producto, servicio o proceso se consigue: o bien por la reducción de Costes, o bien por el incremento de Funciones.

Aunque ambas formulaciones sean similares considero que para la Innovación la que expone la Idealidad permite un mayor abanico de opciones que la del Valor, aunque esta última se podría reformular para considerar en el numerador que las Funciones podrían expresarse como la diferencia entre las Funciones Útiles y las Funciones Dañinas que producen.

Lo que es importante es interiorizar lo que supone concebir el desarrollo de una innovación en base a la comprensión de lo que expresa una formulación como la que he explicado.

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