Tengo serias dudas de que las universidades de este país sean fuente de innovaciones desde la visión de las estructuras funcionariales que desarrollan los «presuntos programas de innovación y emprendimiento».
Es especialmente relevante el hecho de que, en las Universidades Politécnicas y especialmente en las Escuelas de Ingeniería, el profesorado de menos de cuarenta años tiene muy poca experiencia empresarial. Y particularizando en la mía (Ingeniería Industrial) no tienen ninguna experiencia industrial.
Y eso ¿qué supone?
Pues en primer lugar que no tienen claro cuál es la prioridad de una empresa, es decir, vender y tener beneficios (esto de los beneficios es aún un anatema para un cierto sector del profesorado). Y también tiene poca consideración, dentro del programa formativo, el marketing como elemento de recogida de información y de necesidades de los clientes.
El elemento «generación de beneficios» en base a unos «clientes satisfechos» de los productos porque se han alcanzado unas expectativas o necesidades previamente detectadas, y con una presunción cuantitativa de qué mercado podría suponer es algo que a menudo no se considera en multitud de proyectos de I+D que se desarrollan dentro de las Universidades.
La consideración de: ¿a cuánta gente puede interesar el producto/servicio?, a menudo no se encuentra indicado.
Y también está la cuestión presupuestaria: un nuevo producto que tenga un coste de desarrollo de p.ej. 1.000.000 de euros tendrá más posibilidad de ser financiado que uno que hagan falta 100.000 euros aunque su efectividad sea la misma.
No cuestiono las Universidades como fuente de conocimiento, sino que a menudo el conocimiento que se busca tiene interés para unos pocos (a menudo sólo el catedrático) pero que no tiene ninguna utilidad social y/o empresarial.
La Universidad podría generar muchas innovaciones si fuera obligatorio que cada cuatro años los profesores tuvieran que trabajar en una empresa durante un mínimo de un año para que pudieran ver qué utilidad que «en el mundo de la empresa» tiene lo que explica; y poder recoger conocimientos empresariales que pueda explicar a sus alumnos.
La relación Universidad-Empresa tendría mejores resultados si ambos se conocieran mejor y, hoy por hoy, la Universidad conoce poco la Empresa, pero la empresa si conoce la Universidad.
Finalmente los resultados de la innovación en primera instancia permiten sacar provecho a la empresa porque tiene unos ingresos por ventas y, por tanto, también tiene un beneficio económico, aunque también afecta a los trabajadores de las empresas que cobran unas nóminas, pero no hay que olvidar que estas ventas, el beneficio y las nóminas tienen una tributación fiscal que produce los ingresos a la Hacienda Pública que permiten pagar los salarios de los profesores y todas las infraestructuras relacionadas.
La pregunta de la cabecera tiene una respuesta clara; y que si se hicieran cambios como el que se propone y otros que se puedan dar, darían un fuerte empuje hacia un cambio en el modelo económico del país y a un incremento de las oportunidades de progreso y crecimiento empresarial.