El pasado viernes la Comisión Europa publico el “European Competitiveness Report 2011”, el mensaje que se daba fue: “La competitividad industrial es la solución para asegurar una recuperación económica sostenible”
Este informe expone la visión de la Comisión Europea sobre la competitividad de los 27 Estados Miembros. El documento resumen “Overview of competitiveness in 27 Member States” expone en referencia a la innovación lo siguiente: “Otro problema es la baja participación del sector privado en I+D e innovación, a pesar de las numerosas iniciativas públicas en esta área”.
¿Sorprende esta opinión? Más bien no, lo que ocurre es que en lo que respecta a la I+D las iniciativas públicas no llegan a la gran mayoría del tejido empresarial español que son pymes. Además los primeros efectos de la crisis supusieron en muchos casos la reducción o eliminación de las inversiones en proyectos de I+D; si a ello añadimos el drástico recorte en la disponibilidad crediticia por parte de las entidades financieras complementado con el aumento del plazo de pago de las administraciones públicas y de sus organismos y empresas vinculados se está produciendo en muchas empresas una preocupante transferencia de recursos económicos desde las áreas de inversión en I+D, líneas de producción, nueva maquinaria o mantenimiento hacia el área de tesorería. Esto supone en muchos casos pan para hoy y hambre para mañana, porque se está dejando de invertir en el futuro de las empresas.
Por lo que respecta a la innovación, opino que no existe una política clara de incentivos e iniciativas públicas de soporte a la innovación; ya que para quedar bien en las estadísticas europeas se ha dedicado una excesiva cantidad de recursos a la I+D. Porque lo que realmente es importante para generar ingresos de las arcas públicas es la innovación; si las empresas no innovan, no crean nuevos productos y/o servicios de mayor valor añadido y por tanto que generan mayores beneficios, se encaminan hacia su ocaso y en consecuencia el Estado deja de ingresar impuestos tanto directos como indirectos.
Pero: ¿estamos tan mal en innovación? Yo creo que no; lo que ocurre es que las pymes que hacen innovación no lo difunden a los cuatro vientos, ni tampoco lo incluyen en las estadísticas oficiales. No tiene tiempo para rellenar encuestas interminables.
No obstante, opino que aún se podría hacer más en innovación. Porque a menudo encuentro que falta en el personal una mayor involucración en la innovación; generada por un lado por la falta de motivación desde la dirección y, especialmente, por la inexistencia de sistemas de retribución de los empleados innovadores. No se remunera al innovador por innovar con la misma filosofía con la que se retribuye al vendedor por vender. Si se quiere que aumente la innovación deberá cambiar el paradigma de “remuneración del empleado innovador”.
El informe incluye un documento donde se profundiza en la competitividad de los 27 países de la UE, analizando su desempeño y sus políticas (El capítulo referente a España va de la página 93 a 97).
El gráfico de la página 93 es realmente significativo:
De los 26 indicadores solo 7 están por encima de la media europea, y lo más preocupante e
s que son datos de años diferentes desde 2007 hasta 2011. Si se analiza cada dato con el año de referencia aún empeora la visión.
Con respecto a los datos de los informes europeos me gustaría saber: ¿Cuándo harán informes con datos como mínimo del año anterior? No entiendo cómo pretenden hacer valoraciones y definir políticas de actuación con datos del 2007 y del 2008.
Se imagina alguien que la dirección de una empresa tomará hoy sus decisiones con los datos de la facturación de 2007 o con la tesorería de 2008.
Con esta forma de actuar en los informes de la Comisión Europea no es extraño que Europa no salga de la crisis.
Por ello lo que hay que hacer es darle una importancia relativa a estos informes y dedicarnos a lo que es realmente importante:
A pensar, desarrollar y ejecutar Proyectos de Innovación.
Una vez más se demuestra que es difícil conducir mirando el retrovisor, pero todavía más cuando el retrovisor se situa varios años atrás.
Que duda cabe que la competitividad y la productividad pasa por una constante innovación en todas las áreas empresariales. Lamentablemente las políticas de recortes y la falta de liquidez no favorecen que las empresas focalicen su atención en lo que se requiere para mejorar (o al menos mantener) una competitividad futura.
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Gian-Luis, básicamente estoy totalmente de acuerdo en tus conclusiones, y me gustaría incidir en dos aspectos que tú apuntas.
Primero, la financiación no llega a las pymes. La razón principal, a mi juicio, es que la Administración valora más la apariencia de las grandes empresas, así como sus medios de presentación de solicitudes, que la posible operatividad de las pymes. De esta forma las grandes empresas acaparan la mayor parte de los medios económicos disponibles. Pero aún hay más, de esas empresas los centros de decisión no están, en su mayor parte en España, ni sus centros de investigación, con lo que la repercusión final, para nuestra industria queda hipotecada. Por otra parte, muchos de los proyectos presentados no se realizan de verdad, simplemente se juega a la justificación documental, muchas veces con proyectos ya realizados, o simplemente con meros papeles. Como la Administración no cuenta con un sistema real de fiscalización técnica, los temas cuelan de manera increible. Hablo por experiencia de cuarenta años dedicado a la I+D+I, como ingeniero. Si esos dineros llegaran a las pymes que tienen ideas, con una simplificación de la burocracia precisa, otro gallo nos cantaría. Y ese es el segundo punto en el que quería incidir. En la mayor parte de los casos la cantidad de documentación que te exigen, hace que los costes de presentación de solicitudes se disparen, y muchas veces las empresas pequeñas cesan en sus intenciones de solicitud de ayuda. También dentro de este campo hay que contar con que en demasisdas ocasiones se exigen avales, que son muy difíciles de obtener. Todo ello no anima precisamente a que muchas pymes elijan el camino de la innovación real, se tienen que conformar, y muy a su pesar, con hacer lo que pueden con sus propios medios. Por supuesto no menciono la inexistencia de financiación bancaria, o incluso la privada, sujeta a un pánico actual sin parangón.
O la Administración se toma las cosas en serio, o terminaremos todos de camareros.
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Las ayudas públicas está fuera del alcance de las PYMES, no digamos ya de los autónomos. La burocracia es tan brutal que muchas veces es imposible gestionar las solicitudes para dichas ayudas (que tampoco son tantas, ni tan fáciles).
Mi experiencia personal ha sido muy mala, especialmente con las CCAA, donde estos fondos han sido pasto del «amiguismo» más descarado.
Por tanto, creo más en la financiación privada de la I + D (no me gusta la «i», pues casi siempre no es más que una mejora de lo que ya hay), pero el cédito bancario esta bloqueado, y tras las nefasta experiencia de las CAJAS DE AHORRO (con honrosas excepciones como LA CAIXA), no veo que vaya a haber crédito.
Los Fondos de Inversión y el Capital Riesgo: profundamente conservadores, y más movidos por la especulación finnaciera que por la I + D.
Ya sé que quisiéramos soluciones, pero es que no las encuentro.
A tu pregunta, Gian-Lluis……. si estamos mal, no hay una «infraestructura» de I + D, y sí una oleada de «emprendedores» de chiringuito en Networking.
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Amigos,
estoy de acuerdo en que en vamos por detras en conceptos de I+D, i que la ‘i’ son mejoras o innovaciones poco innovadoras.
Respecto al tema de si debe o no financiarse la I+D, yo personalmente creo que como tal, no debe ser financiado por el sector público. Es sumamente válida la existencia de Bussines Angels, capitales riesgo o lo que queramos, que inviertan en aquello que les atraiga. Yo defiendo más que debe incentivarse la innovación, a través de beneficios fiscales, fomento de contratación de personal técnico cualificado y demás.
¿Quién no recuerda hace algún tiempo las inspecciones masivas a empresas con desgravaciones fiscales por I+D y el negocio paralelo de entidades que ‘certificaban’ cosas como I+D.
Ese es uno de los problemas. LA falta de formacion especifica, a todos los niveles, desde direccion hasta los puestos de cadena.
Tambien otro problema que le veo a la Innovacion, es el poco fomento que lleva asociado, y entiendase, fomento para el Innovador. Cuando uno se estruja sus neuronas y eso llega a una patente, de quien es propiedad? Que se lleva el innovador?? Con suerte una palmadita en la espalda, cuando evidentemente creo que deberia de compartirse o darse la propiedad de innovacion al innovador y ofrecer tratos preferentes de uso a la empresa. Eso si fomantaria la innovacion, y no olvidemos, que la verdadera innovación es la que llega al mercado.