Y de momento no será patentado.

La frase que encabeza este post es la que cierra un artículo en el que se habla del desarrollo de un nuevo aislante industrial por parte de investigadores de la UPC. El artículo fue publicado en la edición impresa del diario La Vanguardia del pasado domingo aunque la noticia ya se publicó en la edición digital local de Terrassa-Vallés del pasado mes de diciembre.

En la noticia del 19 de diciembre se puede leer “El nuevo producto ha sido presentado hoy en el ESEIAAT por…”, es decir, el producto ese día fue de dominio público, con lo que incumple una de las condiciones para que algo pueda ser patentado. Al respecto la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) expone en una de las páginas de su web las “Recomendaciones antes de solicitar una Patente Nacional” entre las que cito por su relevancia la que dice:

Evite la divulgación previa del invento o publicación alguna que lo describa, ya que afectaría a la novedad y a la validez de la patente que pueda solicitar.”

Con lo que se puede decir que el artículo debería haber acabado con “… que ya nunca será patentado.”, porque al haberlo presentado en público deja de ser novedad.

Ante este hecho se plantea la cuestión de la que ya he escrito varias veces que es la de la “falta de cultura de patentes en España”, que se podría focalizar en: ¿Se era consciente que al presentar el producto se anulaba la posibilidad de obtener una patente?.

not-patented

Pero el artículo también expone otras cuestiones críticas sobre el futuro del proyecto que se ha desarrollado.

En uno de los párrafos del artículo en formato digital se expone:

«No es una investigación que se quedará en un cajón porque tiene un potencial comercial», …, que apunta que el nuevo producto podría salir al mercado en dos o tres años si se consigue crear una buena línea productiva.

Mientras que en la versión impresa del artículo se dice:

… , apunta que el material, que todavía no se puede producir de forma industrial, “podría salir al mercado de aquí dos o tres años si se consigue crear una buena línea productiva”.

Es decir, que lo que se ha desarrollado es un prototipo no industrial. Y esto plantea otro de los temas que ya he expuesto anteriormente que es el del coste de la industrialización de los proyectos de I+D que no es financiado por las ayudas públicas y que en muchos casos supone que proyectos de I+D no acaben llegando al mercado habitualmente por dos motivos: o bien porque los costes de las inversiones no se prevé que se recuperen en un plazo razonable o bien porque lo que se puede obtener en el laboratorio no se puede producir con las tecnologías industriales disponibles. Aunque tenga “potencial comercial” si no se consigue que se pueda producir con los costes que lo hagan competitivo se quedará, desgraciadamente, en una investigación que no alcanzará la categoría de innovación (de acuerdo a la definición habitual que requiere que llegue al mercado con éxito).

En el artículo también se indica que es un proyecto que “ha sido financiado con 130.000 euros por el programa INNPACTO del Ministerio de Economía y Competitividad y que ha generado 8 trabajos de grado y una tesis de máster”. Aquí creo adecuado indicar que en la medida que alguno de ellos haya tenido divulgación pública también afectaría a la cuestión de la novedad necesaria para conceder una patente.

Será pues interesante ver como acaba el tema.

 

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