Ayer por la tarde participé en la presentación en el Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña de la publicación de la OME «Innovación en el proceso de internacionalización».
En este acto participaron Maite Ardevol, directora del OME, María Astigarraga y Sabin Azua de B + I Strategy, Juan Molins de Ros Roca y Jaume Prat de Ficosa.
Las intervenciones en torno a una orientación hacia la innovación en la gestión fueron muy interesantes. Las decisiones empresariales tanto de Ficosa como de Ros Roca en replantearse su forma de actuar pueden ayudar al público asistente a replantearse su actuación en la empresa.
Pregunté sobre «el incentivo económico al innovador» y entonces encentar en el debate entre los ingenieros del público y los miembros de la mesa con responsabilidad empresarial. El tema tabú como citaba Manel Pérez, «el dinero». Desgraciadamente cuando hablamos de incentivar el innovador, el innogenyer, nos encontramos en frases como «esto sería perverso», «es un equipo», «la empresa somos todos», todas para no tener que remunerar de forma individual.
Estos será uno de los temas que deberán plantearse seriamente las empresas que quieran que sus integrantes sean innovadores: como incentivar y cómo reconocer las aportaciones.
Al final hemos de recordar: Cuando no sabemos de qué estamos hablando, estamos hablando de dinero.