Hoy en día las falsificaciones son de cualquier producto imaginable, desde medicamentos a juguetes, o de frenos de automóvil a bolsitas de kétchup. Pero de la magnitud del negocio y el impacto que tiene en la economía no te das cuenta hasta que conoces los datos que lo cuantifican. Que es lo que se puede leer en el informe recientemente publicado por OBS Business School titulado “Falsificaciones 2016. Impacto de las falsificaciones a nivel internacional, europeo y español”.
En el tema de las falsificaciones los datos más habituales son los que se refieren a las incautaciones que realizan las autoridades aduaneras y de entre las diversas fuentes se encuentra el reciente informe “Measuring the Magnitude of Global Counterfeiting. Creation of a Contemporary Global Measure of Physical Counterfeiting” desarrollado por el Global Intellectual Property Center un organismo vinculado a la Cámara de Comercio de los Estados Unidos. Este informe expone datos sobre el valor estimado de productos falsificados que fueron incautados en Estados Unidos, la Unión Europea y Japón. Los datos indican que la principal economía de origen de falsificaciones es China con un valor estimado de las incautaciones de más de 1.310 millones de euros; a este país le sigue Hong Kong como origen de las incautaciones con un valor estimado de más de 300 millones de euros. Pero lo curioso es que los orígenes que siguen después son diferentes para cada uno de los tres entornos económicos objetivo de los falsificadores; así para los Estados Unidos los productos incautados procedían de India, Canadá y Singapur; en Europa el origen era Turquía, Grecia y Panamá mientras que para Japón el origen era Corea del Sur, Filipinas y Tailandia.
Otras instituciones que publican datos son la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) que también este año han elaborado un informe conjunto “Comercio de productos falsificados y pirateados: Análisis del Impacto económico” en el que evalúan el impacto económico mundial del comercio de productos falsificados y pirateados en 338.000 millones de euros para el año 2013. En la Unión Europea este mismo informe estima el impacto en 85.000 millones de euros.
Para entender la magnitud en la Unión Europea la EUIPO está publicando una serie de informes sobre la incidencia en diferentes sectores: Entre los realizados hasta la fecha destaca como sector con mayor pérdida de ventas por falsificaciones el de la “Confección, el Calzado y sus accesorios” con un valor estimado de más de 26.300 millones de euros de pérdidas en ventas directas con una pérdida asociada de empleo de 362.600 puestos de trabajo. El país más afectado por la pérdida de ventas es Italia con una estimación de 4.548 millones de euros de pérdidas en venta directa al que le sigue España con 4.127 millones de euros. Un efecto colateral es el impacto en los ingresos de las Administraciones tanto los fiscales como por cotizaciones sociales donde se estima la pérdida en más de 8.000 millones de euros anuales en toda la UE.
Por su parte en España el Ministerio del Interior publica anualmente el “Balance de la lucha contra la vulneración de los derechos de propiedad industrial” unos datos que para el año 2015 muestran que en las 1.545 actuaciones realizadas se decomisaron más de 7,6 millones de objetos de un valor estimado en más de 767 millones de euros. Destaca por número de objetos el textil con más de medio millón, aunque un dato curioso son las 200.000 unidades de bebidas o comestibles con 200.000 productos. Sin embargo en valoración global destacan los 483 millones de euros de los objetos relacionados con las joyas o la relojería, con un valor unitario medio ¡superior a los 5.400 euros!. Ahora bien este dato de valor de incautaciones contrasta con una estimación de la EUIPO de perdidas en ventas directas en 2013 de algo más de 200 millones de euros.
El informe “Falsificaciones 2016. Impacto de las falsificaciones a nivel internacional, europeo y español” que contiene muchos más datos, se puede descargar aquí.
Para finalizar querría reflexionar no solo sobre el desconocimiento del tema por parte del público en general y de diversas administraciones tanto por el impacto en las empresas y establecimientos comerciales sino por lo que supone de pérdida de puestos de trabajo en la cadena de valor. Pero quizás lo más importante es que habitualmente los productos falsificados incumplen con las diversas normativas que procuran tanto la calidad de lo que se comercializa como la seguridad de los consumidores. Y esto último quizás es el factor más preocupante porque las falsificaciones pueden causar muertes si los ingredientes que llevan son tóxicos y sin control. Lo que permite adaptar una conocida frase para dejarla en el titular “La falsificación barata no sale cara,… sale mortal; y la falsificación cara también”.