Según expone Víctor Alejandro Gil Mártil en su libro “Coolhunting”:
“El coolhunting es una nueva disciplina que se ubica en la intersección del marketing, el I+D, la investigación comercial y la estrategia. Tiene como misión detectar hacia dónde se encaminan los gustos y preferencias para inspirar la innovación a nivel de producto, marca, comunicación y distribución.”
Esta definición describe una disciplina que debe ser conocida por parte del Innogeniero, si quiere alcanzar una posición de experticia dentro de su área profesional.
Pero no sólo el Innogeniero, sino que creo que cualquier persona que tenga implicación en el desarrollo de productos y servicios debe tener unos conocimientos de coolhunting para poder detectar tendencias.
Hoy en día, con la rápida evolución que se produce la detección avanzada de tendencias supone ponerse delante cuando llega la ola, por eso es muy importante tener una mentalidad de coolhunter.
Y, ¿cómo se logra?
Según V. Gil es un conjunto de competencias que dan lugar a actitudes como las siguientes:
- Mantener una actitud especial a la hora de observar el mundo
- Buscar proactivamente la inspiración para generar ideas creativas.
- Detectar los indicios de los cambios sociales que pueden suponer nuevas necesidades.
- Aprender a leer datos e indicadores con una perspectiva diferente.
Se educa la mirada para hacerla sensible a las tendencias, y recordando que las tendencias se escriben con minúsculas.
El coolhunting como concepto se debe considerar una actividad más de las empresas, encajado como uno de los elementos que se utilizan dentro de lo que se llama como «inteligencia competitiva».
Para las empresas todo debería comenzar y acabar con los clientes. Cuando estos además se convierten en consumidores entonces la clave del negocio radica en la detección, conocimiento y comprensión de las tendencias y los «insights» de estos. Y cada vez es más importante percibir qué insights estan en la mente del consumidor para ofrecerle nuevos productos y servicios que den satisfacción a sus deseos y necesidades.
Esto hace que a la hora de innovar hemos de considerar la importancia de una buena labor de coolhunting, ser innogeniero es también ser un coolhunter.