¡No te pago para pensar! Esta frase que parece anacrónica aún se escucha por parte de los empleados de organizaciones que pretenden que la innovación sea una de las líneas estratégicas de su negocio.
Pero estas organizaciones deberían ser conscientes que el desarrollo moderno de la innovación en las organizaciones requiere de la cooperación y colaboración de todos sus integrantes.
Esto quiere decir que todos los empleados pueden convertirse en fuentes de ideas para el negocio; todos los empleados pueden descubrir oportunidades para la empresa en nuevos nichos de mercado, en nuevos productos o en nuevos servicios; los empleados son los que escuchan los problemas, insatisfacciones y necesidades de los clientes y por ello pueden exponer las funcionalidades que deberían tener los nuevos productos o servicios que sus empresas quieran desarrollar y que podrían superar las expectativas de los clientes, consiguiendo de esta forma clientes satisfechos y fieles.
Por eso deberíamos influir para que los empleados piensen, aunque ello suponga que pongan en cuestión los paradigmas existentes. Las organizaciones que triunfaran en el siglo XXI serán aquellas en las que el conocimiento y la inteligencia global de todos sus empleados produzcan sinergias excepcionales que aporten valor al negocio.
Ahora bien la participación de los empleados en la innovación de la empresa debería reconocerse de una forma que demuestre claramente que la empresa apuesta por la innovación, y esto pasa entre otros conceptos por la “retribución de los equipos de innovación”.
Para exponer la importancia de este tema y su incidencia para la incentivación de la innovación la próxima semana en el Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña se desarrollará una Jornada en la que representantes de las Administraciones Públicas, de diversas Empresas relevantes, de las Patronales y de los Sindicatos expondrán su visión y opinión con respecto de esta cuestión.
Lo interesante de esta Jornada es que es el fruto visible de un proyecto que ha conseguido reunir en la misma mesa a empresas, patronales y sindicatos para debatir abiertamente la incentivación de la innovación mediante la “retribución de los equipos de innovación”.
Un tema que presenta una complejidad relevante ya que supone tener que establecer un equilibrio de los intereses de las diferentes partes implicadas pero que debería basarse en el hecho de que si se hace el pastel más grande es justo que los beneficios se repartan entre todos los “pasteleros”.
Lo del pastel y los pasteleros: una batallita que algunos estamos hartos de escuchar … Del dicho al hecho…. verba volant…