En mi opinión todos los proyectos de innovación deberían tener su propia marca, en el sentido que los hemos de ser responsables de su gestión los debemos plantear con una visión global.
Uno de las causas más importantes de los fracasos de los proyectos de innovación es que no se ha planteado desde su inicio la actividad de “marketing y comunicación”. Esta ausencia provoca a menudo que ni dentro, ni fuera de la empresa se sepa que se está desarrollando un nuevo producto o servicio (e incluso un nuevo proceso que afecta a toda la organización).
A la hora de considerar el marketing y comunicación del proyecto hemos de diferenciar dos entornos: el externo y el interno. El externo correspondería entre otros a los clientes, proveedores, competencia, etc.; mientras que el interno abarcaría a la organización a la que afecta el proyecto por lo que incidiría en la dirección, los departamentos y el personal implicado directa e indirectamente.
De los dos entornos el que menos se tiene en cuenta (y que tiene la misma importancia) es el interno. Es muy importante que los proyectos de innovación sean conocidos por todos aquellos que tienen una implicación directa en los mismos, por los que pueden verse afectados, por los implicados indirectamente y por el resto de la organización.
El hecho de comunicar permite a menudo que hay una mayor colaboración en el resultado final, y a menudo facilita los procesos internos ya que las personas al sentirse participes tienen actitudes proactivas, y obstaculizan menos las actividades.
Por ello también es importante que se comunique a aquellos que puedan verse afectados para que expongan sus alegaciones con el fin de evitar las “interferencias o cuellos de botella” que se podrían producir por parte de aquellos que se sienten afectados y que pueden obstaculizar, y en el peor de los casos bloquear los proyectos de innovación.
Por eso es oportuno al iniciar el proyecto desarrollar una matriz en la que se tengan en cuenta y segmenten los posibles clientes y proveedores internos del proyecto, así como los afectados. A partir de esa segmentación hay que analizar las ventajas e inconvenientes que les puede suponer el proyecto y con estas descripciones plantear la estrategia de comunicación.
Uno de los segmentos de cliente lo integra la dirección, que se puede considerar un nicho con unas especificidades diferentes pero que incluso dentro de este segmento podemos tener subsegmentos (la dirección de operaciones puede tener necesidades diferentes que la dirección financiera).
Si hasta ahora en nuestros proyectos de innovación no hemos definido un plan de marketing y comunicación interno, no hemos de pretender que el primero que hagamos tenga en cuenta todo. Nos hemos de plantear que para los nuevos proyectos hemos de ir incorporando a todos los miembros de la organización. Es un proceso de mejora continua en que con cada proyecto aprenderemos algo más; el objetivo final es que la cultura de la innovación sea un valor integrado en la organización y por ello todos deberán ser participes de los planes de marketing y comunicación internos.