La solución no pasa por salvar al inmobiliario, ni al financiero; sino por incentivar y proteger al innovador.

En las dos últimas semanas hemos asistido a una serie de decisiones por parte del ejecutivo en las que se ha legislado sobre los sectores que han sido los causantes de la actual crisis en España: el inmobiliario y el financiero.

Ambas actuaciones no suponen en ningún caso un cambio en el modelo productivo, ni tampoco incorporan ningún incentivo relevante a la innovación empresarial generadora de valor.

Asimismo otras actuaciones realizadas en otros ámbitos tampoco suponen el desarrollo de innovaciones el marco de las decisiones del ejecutivo, se repiten recetas antiguas que pese a las expectativas no darán los resultados esperados.

Nos encontramos en una situación que requiere de propuestas de soluciones innovadoras que pueden ser más de una para el mismo problema. Pero lo que especialmente se requiere es un cambio de paradigmas y una ruptura en las presunciones hasta ahora establecidas, y por supuesto hacer otras tortillas para los que hay que romper los huevos de algunas cestas que hasta ahora habían quedado fuera de la sartén.

Uno de los sectores para los que hasta ahora las medidas adoptadas hasta ahora han sido en mi opinión insuficientes ha sido el industrial, y especialmente en la definición de una estrategia y una política industrial de país. No ha existido un fomento decidido por unas industrias relevantes en los sectores en los que existen ventajas estratégicas, o en los que haya una historia detrás de conocimiento y de cultura empresarial. Y especialmente en el desarrollo de procesos y productos innovadores en sectores clásicos como la minería, la siderurgia, la química básica,…

Últimamente se dice de forma reiterada que lo que está salvando el equilibrio de la economía española es el turismo y las exportaciones, pero el turismo es un elemento estacional que los próximos meses no tendrá el mismo peso. Mientras que las exportaciones no tienen en la mayoría de los casos este carácter estacional, si bien existen excepciones que si son estacionales.

Uno de los factores que se considera que es fundamental para el crecimiento de las exportaciones es la innovación. Y lamentablemente no parece que el fomento de la innovación vaya a ser objeto de aportaciones económicas de consideración. Como ya he dicho anteriormente considero que la innovación es prioritaria en la terna I+D+I, y que la proporción de dedicación de recursos públicos en los próximos años debería ser 15%/25%/60%.

Por otro lado esta pendiente la denominada “Ley de Apoyo a los Emprendedores” en la que se pretende incentivar y fomentar la emprenduría como via para reducir el desempleo existente y que, si no se desarrolla de forma adecuada, puede suponer otra fuente de desencantos entre los que consideren esta opción como via de desarrollo profesional y posteriormente se enfrenten a las diferentes situaciones negativas y problemáticas que no deberían producirse. Esta Ley debería incorporar el tema del pago del IVA a la agencia tributaria cuando se cobre la factura y no en el trimestre de emisión. Pero también es la aplicación efectiva de una ley de morosidad que defienda al emprendedor de forma prioritaria, lo ideal seria un sistema de reclamación público en el que la persecución y ejecución fuera en un periodo razonable.

Considero que es necesario innovar en los elementos de fomento y protección de los emprendedores si se pretende que esta sea una via de creación de empleo a medio y largo plazo.

 

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  1. 7 septiembre, 2012

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