Innovar es … “simplificar la vida del ciudadano”

De un tiempo a esta parte hemos escuchado en muchos entornos mensajes recurrentes de que se quiere “simplificar las Administraciones Públicas y los trámites de los ciudadanos”.

Esta frase bienintencionada no siempre se ve reflejada en la realidad de los procesos que deben seguir los ciudadanos en sus diversas relaciones con el sector público.

Cuando uno de nosotros como ciudadano debe realizar trámites “obligatorios” y entra en el proceso de ir de un lado a otro hasta completar todos los pasos, se da cuenta que probablemente ninguno de los que ha definido el proceso lo ha hecho personalmente.

Lo que a mí me sorprende especialmente es que con las ventajas que suponen hoy en día las denominadas tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) los procesos se hagan con rutinas del siglo XIX.

 

Un ejemplo es la normativa que pretende regular el “sector de los servicios a las personas” que va desde los que trabajan limpiando en hogares, los que se encargan de los niños (canguros), los que atienden a los menores en sus tareas escolares (clases particulares). Con esta normativa “kafkiana” se pretende que el ciudadano que pagué por estos servicios aunque sea solo una hora a la semana dé de alta en la Seguridad Social a la persona que lo ejerza, cotizando por el importe correspondiente. ¿Alguno de los legisladores es consciente de lo que supone para el ciudadano? ¿Se ha calculado el tiempo que se perderá en estos tramites?

Pero, ¿es tan difícil innovar simplificando?, la respuesta es no, e incluso se puede hacer otra cosa que también se hace en innovación copiar y luego mejorar.

¿Hay alguna alternativa más razonable que de una solución más sencilla? Si. Un ejemplo es el voucher o “bono trabajo ocasional” que se utiliza en Italia y que permite pagar los trabajos ocasionales de forma legal y con cotización a la Seguridad Social.

El sistema consiste en unos talones de valor nominal 10 euros con los que se paga el trabajo y que al ingresarlos en cuenta por la persona que lo ha realizado, recibe un neto de 7.5 euros del que se le descuenta la parte proporcional de Seguridad Social y seguro correspondiente. El que da el talón se queda con el resguardo con lo que justifica que ha pagado “en blanco”.

Este sistema es más racional, efectivo y simple que el que se pretende desarrollar en España. Incorporar este modelo si que seria una innovación en la gestión de los trámites frente a las Administraciones Públicas.

 

Otro ejemplo es la inexistencia de ventanilla única de administraciones para trámites como el nacimiento de un hijo, o el cambio de domicilio.  ¿ Y por qué sucede?, pues parece ser porque los sistemas informáticos de las diferentes Administraciones Públicas (estatal, comunidad autónoma, local) no están integrados con lo que hay que informar a cada una de ellas por separado. Innovar seria simplificar la vida al ciudadano que cuando comunica un cambio relevante a una administración automáticamente se enviara el dato al resto de sistemas que efectuarían el cambio en sus bases de datos.

 

Estos ejemplos y otros son algunos de los factores que inciden en la baja productividad del país, porque “hacer perder el tiempo” al ciudadano es malgastar su recurso más preciado que, además, no es acumulable.

Esta de moda que las administraciones, como la Sanidad, den al ciudadano el coste de los servicios que ofrece, pero: ¿que pasaría si el ciudadano emitiese una factura por el tiempo que la administración le hace dedicar para efectuar los trámites que se le piden?

 

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