Uno de los factores que más incidencia tienen en el desarrollo de una «cultura de la innovación» en cualquier organización es, como se gestionan los errores; es decir, que «cultura del error» hay.
Aquellas organizaciones en que hay una «cultura del miedo», donde se castigan los errores; tenderán a la apatía, a la alta rotación de las personas más capacitadas, a la aversión al riesgo y perderá oportunidades en el mercado por el miedo de las personas al castigo.
Una de las frases que digo cuando veo o me hablan de errores cometidos es «quien no trabaja no se equivoca y de los errores se aprende, en cambio, de los aciertos a menudo no, porque no se analiza cómo se ha acertado».
En los principios que definió William L. McKnight para 3M (McKnight Management Principles), se destaca de forma reiterada que el error no se debe castigar, porque si se hace se destruye la iniciativa, la creatividad y de rebote la innovación, es decir, el futuro de la empresa.
Por eso es muy importante que las organizaciones que quieren innovar acepten que habrá errores, pero estos errores no hay que olvidarlos, deben analizarse para extraer conocimientos.
Una de las herramientas más interesante para el aprendizaje organizacional de los errores es la que se llama After Action Review (AAR).
Esta técnica fue desarrollada por el ejército estadounidense (US Army); es un método estructurado para que los participantes y los responsables de un proyecto o evento puedan analizar lo que pasó, por qué pasó y cómo se puede hacer mejor. Este método también lo podemos utilizar para analizar nuestros errores personales, de grupo o de organización.
Por eso creo que las organizaciones que quieren innovar deben tener una «cultura del error» que no castigue a quienes los hacen y, también, deben tener un sistema que analice estos errores para que todo el mundo pueda aprender para no volver a cometer el mismo, o bien, si no es posible evitarlo, tener planes de actuación para poder minimizar sus consecuencias.