Uno de los dilemas a los que se enfrentan los que empiezan a innovar es que no saben para qué van a innovar. Es decir, no tienen objetivos para la innovación. Ante esto una opción es considerar cuatro posibles áreas de actuación: los Productos, los Servicios, los Procesos y Otros. Esto lo podemos visualizar en una matriz 2×2 de cuatro celdas.
Si nos centramos en querer innovar en los Productos o en los Servicios podríamos considerar lo siguiente:
- Ampliar la gama de productos o de servicios.
Esto lo podemos conseguir incorporando nuevas funciones o funcionalidades a los productos o servicios existentes.
- Renovar los productos o los servicios actuales.
Reinventar los productos y servicios existentes para desarrollarlos bajo el paraguas de las nuevas tecnologías que han llegado al mercado o redefiniendo la forma en cómo se cumplen las funciones o funcionalidades que queremos que proporcionen a los clientes.
- Sustituir los productos o los servicios actuales.
Canibalizar los productos o servicios existentes mediante otros nuevos productos o servicios que den respuesta a los problemas o necesidades de los clientes.
- Incrementar la cuota de mercado.
Cuando los productos alcanzan una determinada cuota de mercado es difícil que puedan crecer más por lo que se requiere incorporar la innovación para que pueda producirse un nuevo incremento de la cuota de mercado.
- Penetrar en nuevos mercados.
Los productos existentes normalmente tienen unos nichos de mercado en los que se mueven como pez en el agua. Pero con la innovación se pueden encontrar nuevas aplicaciones de los productos o servicios existentes en otros sectores en lo que sería una innovación en marketing, o bien que con al renovarlos o sustituirlos puedan ocupar espacios en mercados alternativos.
- Aumentar la calidad de los productos o los servicios.
La innovación puede servir para mejorar la calidad de los productos o servicios existentes p.ej. mediante el uso de nuevos materiales o al incorporar innovaciones que reduzcan los problemas de calidad de los productos.
Si consideramos que queremos innovar en los procesos algunas líneas de desarrollo podrían ser:
- Reducir los costes laborales necesarios para producir un producto o en la prestación de servicios.
Uno de los propósitos de la innovación en procesos es la reducción de costes laborales mediante la incorporación de nuevas tecnologías, o de nuevas formas de trabajo.
- Reducir los materiales necesarios para producir un producto.
Esto significa innovar en la forma en que se utilizan los materiales o en su composición manteniendo las características dentro de los márgenes que permitan cumplir con las especificaciones.
- Reducir los costes energéticos necesarios para producir un producto o en la prestación de servicios.
La innovación en los procesos para reducir los costes energéticos suponen reconsiderar la forma en que se obtienen y adoptar un visión de eficiencia energética que puede llevar al desarrollo de la economía circular.
- Incrementar la flexibilidad en los procesos de producción o en la prestación de los servicios.
La flexibilidad que aporta la innovación permite que los mismos procesos puedan producir una mayor variedad de productos o que puedan reducir el volumen de los stocks en proceso.
- Incrementar la capacidad de los procesos de producción o de la prestación de servicios.
Poder producir más unidades por hora nos permite poder vender más productos y responder a las solicitudes del mercado de forma más rápida.
Y si queremos innovar en otras áreas podríamos considerar objetivos como estos:
- Reducir el impacto ambiental.
- Mejorar la seguridad y la salud en la empresa.
- Cumplir con nuevos requisitos normativos de cualquier ámbito.
En esta última área la innovación puede suponer la necesidad de actuar de forma simultánea en los productos y en los procesos.
Ahora bien, lo importante es que tengamos definido hacia donde dirigimos la brújula de la innovación, es decir, dónde tenemos el Norte.
