¿Innovación?: Tenemos un problema

Jordi Collell ha escrito recientemente un post titulado «Cinco hábitos para ser una máquina innovadora» donde explica los cinco factores que contribuyen a fomentar la creatividad y de rebote la innovación. El origen es una encuesta de los profesores Jeff Dyer y Hal Gregersen que dio pie al artículo «The Innovator’s DNA» y posteriormente a un libro.

Este es uno de los múltiples artículos y libros que plantean los diversos factores que hacen que las personas puedan ser creativas e innovadoras, a menudo escuchamos que hay que innovar, que la innovación es una de las claves del éxito para las empresas, que la innovación es …

Pero de repente hay quien nos quita el velo de la cara, que hace como el niño del «traje nuevo del emperador«.

Esto es lo que han hecho los profesores Jennifer S. Mueller (University of Pennsylvania), Jack A. Goncalo (Cornell University, ILR) y Dishan Kamdar (Indian School of Business) en un artículo que se publica este mes de marzo en el Journal of Experimental Social Psychology con el expeditivo título: «El reconocimiento del liderazgo creativo: La expresión de la idea creativa puede influir de forma negativa en la percepción del potencial para el liderazgo?» donde exponen los sorprendentes resultados de tres investigaciones:

El primer estudio, realizado con una muestra de empleados que trabajaban en empleos que requieren desarrollar soluciones creativas a los problemas, mostraba como la expresión de ideas creativas se relaciona negativamente con la percepción del potencial de liderazgo.

• En el segundo estudio algunos de los participantes al azar recibían instrucciones para expresar soluciones creativas durante una interacción, el resultado fue que eran considerados por el resto como personas de menor potencial de liderazgo.

• El tercer estudio mostraba que los participantes atribuían menos potencial de liderazgo a aquellas personas que expresaban ideas creativas, excepto cuando eran consideradas líderes «carismáticos».

Las principales conclusiones son alarmantes:

«La expresión de las ideas creativas puede provocar impresiones que, al menos por el potencial de liderazgo, no son automáticamente positivas.»

• «Las organizaciones pueden mostrar un prejuicio contra la selección de los individuos más creativos como líderes en favor de la selección de líderes que querían preservar el statu quo apoyando soluciones factibles pero relativamente poco originales.»

Es decir, ser creativo puede ser un freno muy grande para las posibilidades de ascenso hacia cargos directivos. Ser creativo significa que para los demás no se tienen capacidades de liderazgo, excepto si somos carismáticos.

Con estas conclusiones se puede empezar a entender porque hay tan poca innovación en nuestro país, y porque para mucha publicidad que se haga de la «necesidad de innovar» la realidad es que aquellos que son más innovadores (creativos) lo tienen muy difícil si están introducidos dentro de una estructura empresarial o institucional.

Ahora queda claro el título del post ¿Innovación?: Tenemos un problema. Porque si la expresión de ideas creativas que suponen innovaciones radicales hace que una persona tenga menos posibilidades de ascender a posiciones directivas, entonces habrá muy pocos que se planteen continuar con esta dinámica. Sólo aquellos con una fuerte personalidad y un claro posicionamiento hacia su marca personal continuarán exponiendo sus ideas creativas a pesar de ser conscientes de que en muchas empresas no serán bien considerados.

Y lo que es más preocupante muchas empresas seleccionan para cargos directivos en los que mantienen el statu quo en lugar de aquellos que lo cuestionan, lo que supone que haya una baja orientación a la innovación y la creatividad.

Esto explicaría también porque son las pequeñas empresas de reciente creación las que a menudo desarrollan las innovaciones radicales, porque estas empresas son dirigidas por una persona creativa e innovadora que no tiene nadie que la frene, porque ella está en lo alto y puede decidir el camino que crea más adecuado.

Ahora bien el problema lo puede tener la empresa cuando desaparezca este «líder innovador» y sea sustituido por un «gerente del statu quo». Esto supone que una de las tareas que tiene que hacer el «líder innovador» cuando no quiera continuar es encontrar un sucesor que tenga sus mismas inquietudes y unas competencias y motivaciones específicas para la innovación.

4 Comments
  1. 16 marzo, 2011
    • 16 marzo, 2011
  2. 16 marzo, 2011
    • 16 marzo, 2011

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.